Estoy envenenado de furia por varias razones, pero lo mas que me enfurece es la celebración de 4 de Julio en Puerto Rico. No hay nada más absurdo que celebrar la independencia de la nación que nos a robado a todos los Puertorriqueños nuestro derecho a la autodeterminación. Es doloroso para mi saber que hasta los llamados independentistas de nuestra isla esta bebiendo en la playa mientras que nuestra nación se pudre en las garras de un imperio mediocre.
Esto se suma a la vergüenza ajena que siento por la manera en que la FARC dejo caer su movimiento y dejo escapar los agentes de la CIA que tenia en sus manos. Si estuviera el destino de esos parricidas en mis manos yo mismo les hubiese separado la cabeza del cuello. Debilitados y al margen de la sociedad, la FARC decidió esconderse en la selva; el arte de la guerra dicta que cuando no hay escape el enemigo debe enfrentarse cara a cara, pues es mejor morir con la frente hacia el enemigo que dándole la espalda. Esperemos que los sobrevivientes resurjan con un nuevo ejercito popular fiel a los ideales revolucionarios.
Tal parece que la izquierda esta en estrechos peligrosos; en gran parte porque la derecha y su rama de propaganda son más poderosas que cualquier ejercito. Estamos viviendo un momento clave en la historia del mundo, en cual los hombres y mujeres que honestamente desean gobierno limpio, libertad, y justicia necesitan comprometer mas a la lucha contra la explotación global. Es hora de comprometerlo todo, para así fundir este sistema y crear una mejor opción para todos. Participar del sistema y al mismo tiempo quejarse del mismo va mas allá de la ignorancia. Todas nuestras vidas están en juego, no tanto por las injusticias inmediatas pero más aun por los peligros ecológicos que el mercado global ha desatado en el planeta. Esto tiene todo que ver con la llamada clase media.
Sé que mientras exista la clase media no habrá cambio real en el planeta. La clase media es el obstáculo mas grade ha nuestra liberación, es la válvula de presión que mantiene el estatus quo. La clase media, con sus familias nucleares, hipotecas, suburbios con control de acceso, y sus modalidades adoptadas de sus amos, crean la falsa ilusión de movimiento social.
En los tiempos de esclavitud franca había dos clases de esclavo; el esclavo de campo y el esclavo de casa. El esclavo de campo era el que día a día hacia el trabajo mas fuerte, comía el alimento más barato y dormía en barracas sin alguna comodidad. Al contrario, el esclavo de casa, vivía en la casa del amo, se alimentaba de las sobras del amo, y vestía con la ropa vieja de su amo. En ocasiones de rebelión el esclavo de casa defendía el amo con su vida. La clase media se puede comparar a los esclavos de casa, pues defienden todo lo que mantiene a las masas en su sitio.
Esto me lleva a una conclusión que es tan horrorosa como lo es necesaria; La guerra tiene que comenzar con la clase media, pues es allí que están las filas defensoras de la oligarquía. Es de allí que salen los títeres que crean el teatro del capitalismo benévolo. Es allí que se derramara la sangre que regará la flor de la nueva sociedad. Es allí donde se esconden las alimañas que se abastecen de la desgracia ajena, los cuales son celebrados como caballeros y damas impecables.
